jueves, 5 de noviembre de 2009

Bill Hicks ó Cómo matar de cáncer a alguien que dice la verdad


Desde tiempos inmemoriales ha muerto gente joven por decir la verdad. Es un misterio, bien sea a manos de un asesino, víctimas de extraños accidentes, o sufriendo de repentinas enfermedades terminales. Es como si Dios siguiera persiguiendo los frutos del arbol del conocimiento para que el hombre aun no tenga acceso al mismo. Uno de estos pobres soldados de la verdad fue Bill Hicks, un hombre que abria la boca y escupía verdades a rajatabla, y aparte, aunque a veces crudo y corrosivo, las hacia sonar divertidas.

Con la irreverencia de un borracho y la transparencia de un niño, Hicks mostraba el mundo tal como es, con algunos picos (muy pocos) de sabiduría y evolución, y con muuuuchos, muchismos abismos de profunda ignorancia, desinformación y decadencia. Un personaje que logro hacer de la comedia una herramienta filosófica profunda que muy pocos humoristas previos habían conseguido y que debido a un cancer pancreatico repentino fue obligado a callarse por los pocos dias que le restaron de vida, los cuales aprovecho para mantener un silencio absoluto digno del mas alto maestro zen, y para hojear y releer su libro favorito: La comunidad del anillo de JRR Tolkien.

Bill Hicks habló por una generación adelantada a su tiempo, en una década donde el desencantamiento por el mundo habia cundido por completo, donde los jóvenes adultos (la fuerza de trabajo del mundo) se daba cuenta que no valia la pena, que el mundo fue, es y será una mierda, por culpa de nosotros mismos.

Aqui os dejo algunos ejemplos del mordaz y caústico humor de Bill Hicks, un hombre cuya inteligencia y verbo siguen ofendiendo a muchos y divirtiendo a pocos, lamentablemente.





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